Diversos estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) han arribado a la conclusión de que entre las afecciones que pueden generarse por la obesidad, se encuentra una deformación al corazón.
Sumados a las modificaciones en la apariencia física de los individuos, un exceso de peso puede poner en riesgo el funcionamiento de éste órgano siendo muy frecuente la cardiopatía isquémica, causa de muerte carente de síntomas previos.
La tendencia al sedentarismo, malos hábitos alimenticios y diferentes situaciones de estrés conllevan a que cada año más de 18 millones de personas pierdan la vida por causa de males cardiovasculares.